Tierra Orgánica ¿Cómo se compone la tierra orgánica? ¿Por qué se agotan los suelos? ¿Cómo cuidar la tierra?
       

   
¿Qué es la tierra orgánica?
En la agricultura orgánica la tierra es el elemento
básico para que las plantas tengan:
  • buen crecimiento
  • resistencia a las enfermedades y plagas
  • buena calidad como alimentos
La tierra es algo vivo, en ella habitan millones de organismos
y microorganismos que trabajan continuamente, ayudando a
producir los nutrientes que sirven de alimento a las plantas.
Por esto la llamamos TIERRA
ORGÁNICA

   
¿Cómo se compone la tierra orgánica?
La tierra orgánica o humus es la unión de:
  • una parte mineral, inerte. Son los restos de rocas que se han ido desintegrando hasta formar partículas de arcilla, limos y arenas y
  • la materia orgánica: son los restos de animales y vegetales (pastos, ramas, huesos, etc.) que son transformados en humus gracias a la acción de los organismos y microorganismos (bacterias, hongos, etc.) que viven en el suelo.
La lombriz es un gran auxiliar en este proceso pues,
al cavar galerías airea la tierra y, al ingerirla constantemente,
su organismo la va convirtiendo en un fertilizante natural.

En la naturaleza los procesos de formación del humus tienen una dinámica continua, es un ciclo que no se detiene.

El mejor ejemplo para entenderlo es lo que ocurre en el bosque. Las hojas de los árboles, sus ramas, los animales que mueren o sus desechos, van depositándose sobre el suelo.

Los seres vivos del suelo los trituran para comérselos, ayudando a que se descompongan en partículas cada vez más pequeñas (que van integrándose a la tierra).

El sol y la lluvia también intervienen en este proceso que hace que la materia orgánica se vaya convirtiendo en alimento asimilable por las plantas.

Es el alimento que el bosque se fabrica para sí, en un equilibrio que evita que los árboles mueran y el lugar se convierta en un desierto.

 

 

 

 

¿Por qué se agotan los suelos?
El desgaste del suelo puede producirse por distintos motivos:

1) Repetir un mismo cultivo año tras año provoca el agotamiento de ciertos nutrientes.

Asimismo, el uso continuo de ese suelo sin reponer la fertilidad que las plantas consumen, termina empobreciéndolo.

Para evitar esto, en la huerta orgánica recurriremos a las rotaciones y a los abonos.

2) Los suelos desnudos también corren serios riesgos de desgastarse por efecto del impacto de las gotas de agua o del viento. Por ejemplo, una fuerte lluvia impactará sobre el suero, deshaciéndolo en partículas cada vez más pequeñas. Estas, al salir el sol y secarse, taponan la superficie de la tierra, formando "costras" que dificultan el crecimiento de las plantas. El viento, a su vez, actúa sobre el suelo desprotegido "barriendo" su capa superficial, que es precisamente la más valiosa.

Para evitar estos problemas, mantendremos los tablones siempre sembrados o bien los protegeremos con mantillo, que amortiguará los golpes del agua y evitará la erosión por el viento o el resecamiento por el sol.

 

   
¿Cómo cuidar la tierra?
Conociendo qué pasa en el suelo, advertiremos que,
si queremos obtener cosechas sanas y abundantes
durante todo el año, vamos a tener que "proteger"
y "alimentar" nuestra tierra.

En los primeros centímetros es donde está la tierra fértil y los seres vivos
(que "fabrican" permanentemente alimento para las plantas).
Esta es la razón por la cual no vamos a dar vuelta el pan de tierra
al preparar los tablones, sino que sólo la removeremos con la horquilla.
Con trabajo podremos transformar una tierra mala en tierra orgánica,
apta para verduras.

La fertilidad puede asegurarse por dos caminos:

  • Las Rotaciones (con plantas reponedoras de fertilidad) y
  • Los Abonos: de superficie, verdes y compuestos.